Ni café, ni coca cola, ni red bull. Lo mejor para mantenerse despierto es un amor no correspondido.
Mali

El Día de la Niña... Lesbiana

Ayer mi hija me preguntó por qué era lesbiana. Esta conversación ya la habíamos tenido antes, primero cuando me separé de su papá, luego cuando empecé a aparecer en televisión y periódicos, y ahora; pero supongo que era una conversación que no se había cerrado, y que es un tema que a ella le sigue intrigando por el bombardeo de información heterosexual que recibe a diario, porque no son los referentes habituales que ve en las madres de sus compañeras de clases y porque soy una lesbiana casi “pública”.

Luego de explicarle por qué era lesbiana, le pregunté por qué me hacía esa pregunta, y me dijo que porque quizás ella pueda ser lesbiana cuando sea grande. O no. Y también quería saberlo para poder explicarle a sus amigas porque ellas también me vieron y le preguntaron. Ella les respondió que sí, su mamá es lesbiana, y todas dijeron: yeeee. Y ahí acabó el tema, pero quizás en el futuro podrían a volver a preguntarle y la respuesta podría no ser tan agradable como fue ahora, y podrían burlarse de ella, molestarla, acosarla y hacer de su vida un infierno por tener una madre lesbiana o quizás por ser ella misma lesbiana. Y entonces debe estar preparada para cuando tenga que enfrentar una situación así, preparación que yo no tuve y que mis padres nunca me dieron.

Yo sé que los niños pueden ser muy crueles, generalmente por la cantidad de mala información que reciben de sus padres, y es en esos ambientes familiares de donde salen los futuros homofóbicos; pero también valoro mucho la capacidad de entender de forma más abierta y menos prejuiciosa temas que para muchos adultos resultan incomprensibles, asquerosos o indecentes, y de los cuales nunca hablarían con sus hijas e hijos.

Cuando una niña o niño es víctima del racismo, en el fondo sabe que su familia lo va a apoyar, lo va a proteger y lo va a consolar, sabe que su hogar es un refugio contra el estigma y que puede confiar en sus padres. Cuando una niña o niño discapacitado ve su vida obstaculizada por la inoperancia y la desidia de la sociedad sabe que sus padres estarán con ellos luchando porque su vida sea vivible y que ellos estarán comprometidos toda la vida por hacer que su existencia sea la mejor posible.

Cuando una niña lesbiana, un niño gay, una niña o niño trans es víctima de la lesbofobia, homofobia o transfobia sabe, muchas veces, que de ese tema no podrá hablar con su padres, que tendrá que vivir su pesar en soledad, que es posible que en lugar de comprenderlo lo juzguen, lo humillen y lo hagan sentir peor de lo que ya se siente. Una niña lesbiana, un niño gay, una niña o niño trans sabe que es posible que lo lleven al psicólogo para curarlo, que es probable que lo expulsen del colegio, que su vida será restringida y limitada. Que nada será lo mismo.

Yo nunca hubiera podido ser capaz de hablar con mis padres de mi lesbianismo. Lo viví ocultándolo y tratando de llevar una vida lo más “normal” posible, y viví así por muchos años, tratando de hacer felices a otros mientras yo era infeliz, por eso, que mi hija ahora, a sus 7 años, que es justo la edad en la que yo me di cuenta de que me gustaban las mujeres, pueda hablar de ese tema conmigo sin miedo, sin vergüenza y sin prejuicios me hace sentir realmente muy bien. Significa que ella no va a vivir todas las presiones y sinsabores que yo viví, y significa que ella podrá ser un poco más feliz cuando realmente esté segura de su orientación sexual, sea la que sea.

Sé también que muchas niñas, al igual que yo, no podrán hacerlo, sé que callarán, que se ocultarán, que lo negarán, que llorarán a solas en sus cuartos por la imposibilidad de ser felices tal como son, que se verán forzadas por la sociedad a vivir vidas que no quieren vivir, que no desean vivir, que no deben vivir. Sé que atravesarán por momentos de dolor y violencia por el hecho de ser niñas lesbianas. Sé que esas niñas luego se harán mujeres y esas mujeres posiblemente tendrán miedo toda la vida de que las descubran, y tendrán problemas psicológicos que empobrecerán su calidad de vida y las hará más vulnerables a todo tipo de acosos, chantajes y sometimientos.

A todas esas niñas que no pueden hablar y que no pueden ser felices les digo que no vale la pena vivir así, que eso no es vida, que es mejor enfrentar las cosas de frente, que no le tengan miedo a la palabra “lesbiana”, que se sientan orgullosas de sus deseos y de lo que son, que quizás ahora no encontrarán comprensión ni consuelo, pero que hay muchas más como nosotras dispuestas a ayudarlas, a escucharlas, a darles soporte emocional, a no permitir que hagan con su vida lo que no quieren hacer. Que siempre habrá alguien como tú que podrá entenderte, escucharte y hacerte compañía. Que no desesperes, que la vida es hermosa cuando haces lo que el corazón te manda. Y lo más importante, vales tanto como cualquiera, no te sientas menos ni inferior ni anormal ni enferma. No lo estás, no lo eres. Eres una niña lesbiana como tantas otras que merece ser feliz tal como es.

Feliz día niña lesbiana. Feliz día lesbiana del futuro. En tus manos y en tu valentía está la posibilidad de ser feliz y generar una reacción en cadena. En tus palabras y en tu coraje está la posibilidad de vivir en un mundo mejor.
Por:
Verónica Ferrari , Linguista y activista del Movimiento Homosexual de Lima - MHOL

A 8 años de la entrega del Informe de la CVR

En 1986 fueron asesinados en Aucayacu 10 personas travestis y gays, en 1988 se asesinaron a 8 en Pucallpa y en 1989 a 9 en Tarapoto. Estas muertes se dieron bajo una misma consigna: la limpieza social. Estas muertes tuvieron a los mismos operadores: al PCP- Sendero Luminoso del Perú y al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru - MRTA.
La orden fue dada bajo la consigna de exterminar a las lacras sociales que infestaban a la sociedad peruana y que contribuían a su decadencia moral. Entre estas lacras estaban los homosexuales junto a las prostitutas, drogadictos y los delincuentes comunes. Todos debían desaparecer para fundar una sociedad nueva.
Una moral heterosexual, masculina y autoritaria nos decía qué era lo correcto y lo incorrecto en un momento de una fuerte inestabilidad social. Pero esta moral autoritaria y esta heterosexualidad masculina eran tan frágiles que tenían que imponerse a la fuerza y con el poder y la violencia de las armas. Tenía que exterminarse a todo lo que no estuviera dentro de la lucha de clases pura y dura, a todo aquello que nos ligara a la corrupción moral de la pequeña burguesía que había generado y permitido la homosexualidad, la transgeneridad y toda una serie de perversiones que era indispensable eliminar a como dé lugar. Los homosexuales y las travestis tenían que morir para fundar el nuevo Perú.
En 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación relata los hechos sucedidos esos años en contra de la población LGTB en las dos últimas páginas del capítulo de 58 páginas dedicado al MRTA.
De las lesbianas no sabemos nada. Muchas podrían haber sido violadas, encerradas, obligadas a unirse a las huestes terroristas, torturadas, asesinadas, sin llegar a conocer las verdaderas causas de estos hechos. La invisibilidad es una constante en nuestras vidas. Si creemos que nuestra situación es difícil en Lima, es mucho más terrible en provincia.
El 31 de mayo del 2005 empezó a conmemorarse el Día Nacional contra la Violencia y los Crímenes de Odio hacia Lesbianas, Travestis, Gays y Bisexuales. Año tras año recordamos la facilidad con que son cegadas las vidas trans, gays y lésbicas; la ausencia de protección estatal que nos sume en una precariedad y en un constante peligro; y la falta de voluntad política de nuestras autoridades para legislar sobre la realidad y lograr verdaderamente incluir a todas y todos los peruanos en la construcción de la nación. Nosotras y nosotras creemos que es vital mantener la memoria viva de aquellos que siempre han sido invisibles, o de aquellos que solo fueron hechos visibles para justificar sus muertes, y que las próximas generaciones guarden, preserven y comuniquen esta memoria.
Este año se celebra el octavo año de la entrega del informe de la CVR. Que sirva esta celebración para entender que la memoria no solo sirve para recordar una vez al año lo que sucedió hace mucho tiempo, sino que también sirve para construir y reconstruir a la sociedad ahora. Mantenerla viva no solo significa revivir el miedo y el dolor que sentimos, significa que integramos a nuestras vidas el pasado, lo resignificamos y lo volvemos presente. Un presente que necesitamos que sea diferente. Un  presente que no repita los errores del pasado. Un presente diversamente nuevo.

PARA QUE NO SE REPITA




 8vo Aniversario de la CVR
26 de agosto de 2011

La memoria se abre a la esperanza
El tiempo es hoy…

Ceremonia de apertura: “Ojo que Llora” – Campo Marte
3:00pm
 Acto ecuménico y conmemorativo de las organizaciones de víctimas
Homenaje a Carlos Iván Degregori
Palabras de representantes de Víctimas de la Violencia Política
 Participación artística: Ida Marquina, Grupo Siembra y los Sicuris de la Cantuta
Ofrenda dejada por el MHOL en nombre de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans, recordando a nuestras compañeras asesinadas en el conflicto armado.
Marcha pacífica del “Ojo que Llora” a la Plaza San Martín

12:30pm
Muestra fotográfica, Instalación del Museo Itinerante. Feria Informativa

5 pm Pasacalle
Salida de Salaverry, Av. Guzmán Blanco, Paseo Colón, Plaza Grau (bordenando el monumento)
Paseo de los Heroes Navales (1era cuadra de Paseo de la República), Jr. Carabaya, Plaza San Martin

 6:30pm
Palabras de representantes de Víctimas de la Violencia Política
Palabras de representante de la Sociedad Civil
Palabras de la Alcaldesa de la Municipalidad Lima Susana Villarán
Palabras de representante del Gobierno Nacional de la República

Participación artística de grupos musicales: Banda Municipal; Grupo Killari; Chalena y Los Cholos; Kruda Realidad; La Raza; La Nueva invasión; y La Mente.

¿Por qué es necesaria una ordenanza contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género?

La discriminación es una realidad.
Todas nosotras, algunas más otras menos, hemos vivido algún tipo de discriminación por ser lesbianas o bisexuales. En nuestra casa, en el colegio, en el barrio, en la universidad, en las calles, en el carro. Nadie se ha librado de ella, y quizás por eso muchas de nosotras naturalizamos la discriminación, la consideramos normal en una sociedad que nos ha enseñado a avergonzarnos de nuestros deseos, a temer nuestros afectos y a culparnos por ser como somos. Nuestras vidas están expuestas diariamente al abuso, al maltrato, al chantaje, a la marginación, a la exclusión.

Esta naturalización de la discriminación origina que aceptemos que a nosotras se nos dé un trato distinto en todos los sitios en los que socializamos. Genera que creamos aceptable que nuestros padres nos restrinjan, nos limiten o nos desprecien. Que de los colegios nos expulsen para no “contagiar” el lesbianismo a nuestras compañeras o ser un mal ejemplo para ellas. Que callemos sobre una circunstancia importante en el desarrollo de nuestra personalidad y ocultemos lo que nos hace más felices: amar a otras mujeres.

Estas y otras situaciones solo consiguen que nuestra capacidad de indignación sea nula cuando nos tratan mal o nos insultan por caminar de la mano de nuestra novia, al besarla frente a todos o cuando decimos que somos lesbianas o bisexuales. Mutila una parte hermosa de nosotras mismas y nos obliga a mentir, disimular, engañar y vivir una doble vida. Nos imposibilita vivir una vida digna y nos condena a una especie de sobrevivencia.

Qué ganamos con la ordenanza
La ordenanza posibilita que en ningún lugar público en donde se brinde servicio al consumidor sea posible discriminar por orientación sexual e identidad de género. Que no se nos eche solo porque damos muestras de afecto a personas de nuestro mismo sexo. Que se nos impida entrar y consumir lo que en esos lugares se expende por nuestra forma de vestir o de hablar. Que se nos impida matricularnos en el colegio por ser lesbianas o bisexuales. Asimismo, que podamos transitar libremente por las calles sin temor a ser atacadas por personas ignorantes u homofóbicas que nos pueden agredir verbal o físicamente, y que si sucede algo así, un policía o un serenazgo van a tomar cartas en el asunto. Y si ocurre algún tipo de discriminación podamos denunciar y el establecimiento sea sancionado con todo el rigor de la ley.

Pero no solo eso, ya que la ordenanza es un compromiso de la Municipalidad de Lima hacia la población LGTBI de respetar nuestras diferencias y de tratarnos a todos como iguales. De esa forma, el municipio garantiza y promueve que nosotras podamos disfrutar de las más amplias libertades personales y colectivas; y se compromete a protegernos frente a todo acto o amenaza de violencia o daño corporal.

Además, la municipalidad deberá diseñar e implementar periódicamente “programas y campañas de sensibilización, y educación para contrarrestar el estigma y la discriminación por orientación sexual e identidad de género, así como para la disminución del odio” hacia nuestra población. También incorporará “en todas sus políticas, planes, programas y servicios a la diversidad sexual como eje transversal”.

Una vida digna
La ordenanza no solo posibilita que legalmente estemos protegidas frente a la discriminación en todas sus formas, que es generalmente lo único que pueden y deben hacer las autoridades en nuestro país. También posibilita cambios culturales. Genera que el debate sobre el respeto a la diferencia y a las distintas formas de vida sea reflexionado y discutido en las casas, en las escuelas y en las calles. Cuestiona la discriminación e interpela a las personas que aún creen que en pleno siglo XXI es válido creer en leyes “naturales” o en que la sexualidad es una categoría estanca, inmóvil, dada y eterna; y que por eso es posible considerar a los otros “diferentes” inferiores, anormales o enfermos, porque no se adaptan a las reglas sobrenaturales de la existencia humana según su propia y arcaica interpretación.

La ordenanza también nos da agencia, la capacidad de informar, enseñar y aprender sobre nosotras mismas y los demás. Nos señala la importancia de no soportar ningún tipo de exclusión ni ahora ni nunca. La posibilidad de que la homofobia vaya siendo desterrada o por lo menos controlada en la sociedad peruana. La esperanza de desarrollarnos en forma digna y tener una vida de calidad. La posibilidad de vivir orgullosas, con la frente en alto, sin miedos y felices.

(Verónica Ferrari es Linguista y activista del MHOL.)

VAMOS A PASEAR!!!!!!!

Este domingo 14 a las 10 am lxs esperamos vengan en bici, patines, caminando, corriendo, etc nos desplazaremos por toda la Av. Arequipa que esta cerrada por el ciclodia, hasta el Parque Kennedy, en todo el trayecto hay estaciones para refrescarse, tambien si desean alquilar bicis, o hacer aerobicos, etc. 
LA CIUDAD ES NUESTRA!!!

VACACIONES

ESTAMOS DE VACACIONES HASTA EL LUNES 8