Ni café, ni coca cola, ni red bull. Lo mejor para mantenerse despierto es un amor no correspondido.
Mali

25 de Noviembre, Pantys negras para los moretones

Esta sugerencia no salio por el día internacional de la No violencia hacia la mujer lesbiana. Si no, como un comentario sobre como disimular los moretones en las piernas después de un partido amistoso de fulbito entre lesbianas.
Pero la figura de las pantys negras, me sirvió para pensar en la violencia que se ejerce sobre nosotras, comenzando por la que se infringen las propias mujeres lesbianas al negar su identidad y por miedo a ser descubiertas, adoptan el estilo mas “femenino y normal” que pueden.
Desde la “moda” que atenta contra su propia salud física (zapatos en punta, faldas altas en el invierno, ropa interior de material sintético, truzas que se te meten entre los glúteos, depilaciones con cera, láser, etc.) hasta el casarse sin desearlo y tener hijos por mandato social. También como violencia psicológica, el remordimiento que cargan algunas por tener que cambiar el género de su pareja cuando la familia pregunta por el “enamorado”.
Esta la violencia que se ejerce en las relaciones de pareja y lo difícil que se le hace a la persona agredida el entablar una denuncia teniendo que pasar por la burla de las autoridades por las peleas entre “machonas”.
Esta la que ejerce el propio estado con leyes discriminatorias y que limitan nuestros derechos.


Esta la violencia silenciosa, la más cercana, quizás la mas dolorosa que es la que se da en nuestras casas. A diferencia de nuestros compañeros gay´s y trans femeninas, que son expulsados de sus casas cuando sus familias se enteran de su orientación. En el caso de las lesbianas, pocas son las expulsadas, mayoritariamente todas sufren el secuestro familiar, el impedimento de salir de sus casas, de recibir llamadas telefónicas, la invasión a la privacidad de sus correos, el control estricto de horarios el itinerario rígido, sin derecho a la llave de sus casas y sin importar la edad que tengan o si son madres con hijos los cuales pasan a ser botín para el chantaje emocional.
Y en el peor de los casos, muchas son agredidas físicamente, se les corta el cabello, se les maltrata el rostro adrede, se les quiebra las piernas para que no salgan o se escapen, o son violentadas sexualmente con consentimiento de la familia para “hacerlas mujeres”.
No hay panty negra que cubra esta violencia, no hay grupo en el Perú (solo nuestras propias voces) que este 25de Noviembre hayan escrito o pronunciado en sus manifiestos y comunicados de esta violencia silenciosa que sufrimos las lesbianas. Todo sigue siendo tan heterosexual y “normal”.

Mi solidaridad con las compañeras trans.


Keni

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